15 de septiembre de 2023
¿Sabías que mantener una actitud positiva en el trabajo aumenta la productividad en un 12%?
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A veces, en el entorno empresarial se ponen de moda ciertos términos que resumen muy bien algunas tendencias que se da de forma generalizada entre los profesionales. Por ejemplo, uno de ellos es el del síndrome del impostor, que sufren muchos trabajadores, por diferentes causas que veremos a continuación. ¿Habías oído hablar de este concepto? Descubre en este post cómo se manifiesta este fenómeno psicológico que afecta a muchas personas, incluso a aquellas que tienen éxito y reconocimiento en su área.
Desde hace muy poco tiempo, se menciona mucho al síndrome del impostor, un fenómeno psicológico en el que las personas experimentan un profundo sentimiento de inseguridad, autodesvalorización y miedo a ser descubiertos como «fraudes» en sus puestos de trabajo, a pesar de tener logros y habilidades evidentes. Cuando se sufre el síndrome del impostor, aumentar el sentimiento de insuficiencia y la creencia de que no se merece el éxito obtenido.
El motivo por el que este término se ha vuelto más reconocido y discutido públicamente es porque vivimos en la era de las redes sociales, de las apariencias y de los estereotipos, que hacen que las personas nos comparemos constantemente y nos esforcemos por “ser mejores”. El problema viene cuando, esta necesidad de mejora es falsa, ya que atiende a imágenes, también falsas, proyectadas desde el exterior, y no por motivaciones intrínsecas. Así, se genera un bucle de perfeccionismo, en el que quien se ve envuelto, nunca consigue estar realmente satisfecho con lo que hace y acaba sintiéndose cada vez más pequeño frente a los demás compañeros de trabajo. Por si fuera poco, esto también dificulta mucho la búsqueda de un nuevo empleo o el ascenso en la carrera profesional.
Aprender a frenar los pensamientos negativos que minan nuestra seguridad en el trabajo es muy importante para que no afecten a nuestra productividad y para evitar que aparezca la temida insatisfacción en el trabajo, que, como sabes, es causada por varios factores. Uno de ellos es el síndrome del impostor y vamos a contarte cuáles son sus efectos y síntomas para que no te dejes engañar por él.
Cada persona llega a sentirse insegura por unos motivos diferentes, y en ocasiones, no son perceptibles para el resto. Estas serían algunas de las causas que hacen que muchos profesionales se sientan como impostores:
Si has caído en el síndrome del impostor, no te preocupes, porque cualquier profesional de la psicología podrá ayudarte a superarlo. No es un trastorno psicológico grave y siguiendo las pautas adecuadas, tiene fácil solución. A continuación, aquí te dejamos algunos consejos para que los pongas en práctica desde hoy mismo.
Reconoce y acepta tus logros: empieza por reconocer y valorar tus propios logros y habilidades. Date cuenta de que tus éxitos no son producto de la suerte o de circunstancias externas, sino de tus propios méritos y esfuerzos.
Desafía tus pensamientos negativos: identifica y cuestiona los pensamientos negativos que te llevan a sentirte como un impostor. Examina la evidencia que respalda tus habilidades y logros, y desafía las creencias limitantes que te impiden reconocer tu valía.
Busca apoyo: no tengas miedo de compartir tus sentimientos con personas de confianza, como mentores, amigos o colegas. Al hablar abiertamente sobre tus experiencias, es probable que descubras que no estás solo y que muchos otros también han enfrentado el síndrome del impostor.
Aprende a aceptar el fracaso: nadie es perfecto y todos enfrentamos fracasos en algún momento. Aprende a ver el fracaso como una oportunidad de crecimiento y desarrollo. Reconoce que cometer errores es parte del proceso y no te define como un impostor.
Fomenta una mentalidad de crecimiento: adopta una mentalidad de crecimiento en lugar de una mentalidad fija. Enfócate en el aprendizaje y el desarrollo constante, en lugar de buscar la perfección absoluta. Celebra los avances y los desafíos superados en lugar de enfocarte solo en los resultados finales.
Establece metas realistas: márcate metas alcanzables y medibles que te permitan avanzar de manera gradual. A medida que alcanzas pequeños logros, tu confianza en ti mismo se fortalecerá. Reconoce y celebra cada paso hacia adelante.
Trabaja en tu autopercepción: desarrolla una imagen realista y saludable de ti mismo. Reconoce tus fortalezas y debilidades, y trabaja en mejorar tus habilidades en áreas específicas. Recuerda que el crecimiento y el desarrollo son procesos continuos.
¿Te ha gustado este post sobre el síndrome del impostor? Esperamos que te sirva de ayuda en los momentos de inseguridad, en los cuáles solo tienes que mirar hacia atrás y ver hasta dónde has llegado gracias a tu esfuerzo y constancia. ¡Síguenos en nuestro blog y redes sociales para descubrir más sobre desarrollo profesional y personal!