15 de septiembre de 2023
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El concepto soft skills en el trabajo está revolucionando los perfiles profesionales, ¿por qué? pues porque las soft skills o habilidades blandas no se ciñen a la formación académica o la experiencia profesional, las llamadas hard skills, sino que aseguran la adaptabilidad de los perfiles profesionales dentro de una empresa.
La empatía, la comunicación, el saber trabajar en equipo o el manejo del estrés son algunas de las habilidades blandas que más valoran, hoy, las empresas. Ya no basta con tener un currículum ejemplar, sino que es la capacidad para saber resolver situaciones lo que hace que un perfil profesional atraiga a las empresas.
¡Adaptarse a los cambios es esencial porque el comportamiento, la mentalidad y la filosofía van evolucionando, tanto en nuestra vida personal como en la profesional!
Tanto han influido las nuevas tecnologías en el mercado laboral y en los procesos de selección., que existe un listado de las habilidades blandas que más demandan las empresas. De hecho, el listado se concentra, este 2023, entre otras, en la inteligencia emocional, la coordinación y liderazgo, capacidad de negociación, pensamiento crítico, flexibilidad cognitiva y soluciones.
Aunque parecen ser muy típicas y obvias, la velocidad a la que el mercado laboral se está transformando requiere que estas propias habilidades sean actualizadas en función de la realidad social existente. Por ello, son tan importantes y aparecen de forma automática a la hora de hacer un listado de las más demandadas.
De hecho, las soft skills son fundamentales a la hora de contrarrestar las carencias en la práctica profesional, por lo que trabajarlas puede abrir muchas puertas a un currículum falto de experiencia destacable.
Tener dotes de líder parece ser la habilidad que siempre se quiere destacar, pero es un error asumir que el ser líder es lo más importante, porque no lo es. De hecho, hay otras habilidades blandas que han venido para quedarse y que los departamentos de Recursos Humanos tienen muy en cuenta a la hora de valorar una candidatura.
¿Qué de que habilidades blandas estamos hablando? Pues de aquellas que aportan un valor esencial, debido a la rapidez vertiginosa con la que la sociedad está cambiando y las necesidades también.
La primera es la capacidad para adaptarse al cambio y para querer que ocurra ese cambio. Y hablamos de querer que ocurra porque resignarse al cambio no es atreverse a hacer las cosas de forma diferente, aunque supongan un cambio de 180 grados.
Hay que apostar por mejorar y para ello, a veces, tenemos que olvidar lo aprendido. ¡Recuerda! Plutón ya no es planeta, ni la Che una letra del abecedario.
La segunda soft skill que vamos a destacar es que los obstáculos dejen de verse como marrones. Asumir retos y afrontar contratiempos solo nos hace crecer como profesionales, aportando una actitud de superación sobre los límites que creíamos tener y, por supuesto, adquiriendo capacidades que aún no habíamos desarrollado.
Todos hemos tenido un mal día o un momento complicado, y en el trabajo siempre hay una primera vez para algo: un contacto confuso con un cliente, un roce con un compañero, un momento de nerviosismo o metedura de pata, y las emociones menos agradables forman parte de estas circunstancias, pero lo que nos hace humanos es empatizar cuando no somos nosotros los que estamos pasando ese trance.
Y esto también es aplicable a empatizar con la empresa y aportar soluciones que consigan virar hacia las necesidades y objetivos que se pretenden conseguir. De hecho, otra soft skill que se puede destacar a partir de esto es la aportación de soluciones disruptivas.
En este mismo punto, relacionada con la empatía, se encuadra la soft skill de pensamiento crítico. Es cierto que un buen líder es capaz de sacar el máximo provecho de las fortalezas para conseguir una coordinación perfecta de su equipo, pero las debilidades también hay que identificarlas y evaluarlas para que todo profesional sea capaz de seguir creciendo y no se ciña solo a lo que mejor se le da. En otras palabras, un feedback efectivo va a conseguir ayudar a la empresa, al profesional y al equipo gracias al aumento de la confianza.
En definitiva, las soft skills en el trabajo son de gran relevancia, en la actualidad, a la hora de optar a un puesto.